Los demonios están más silenciosos y expectantes que nunca.
el Viento y el Dragón
El dragón se elevó imponente sobre las nubes. Se detuvo un instante y lanzó un gruñido que estremeció las montañas kilómetros a sus pies. Ese alarido atrajo a la Dama del Viento: “¿por qué gritas de esa manera?”, le preguntó, a lo cual el Dragón blanco respondió: “Porque soy el Dragón más poderoso, dueño de los cielos... Y nadie puede impedirme que haga lo que se me plazca”. Y así nuevamente lanzó por sus fauces un fuerte sonido desafiando a la bella Dama. Ella, entre la lástima y la compasión que le inspiraba aquella criatura, tomó una decisión, le dijo: “Lamento hacerte esto, pero he de darte una lección” y detuvo la brisa que sostenía al inmenso Dragón, que cayó velozmente a la tierra, batiendo sus alas furiosamente sin que éstas le sirvieran de nada... El viento le había dado la espalda.
el Viento y el Dragón
2 comentarios:
yo creo que ya salieron a merodear nuestro mundo , pero no hay mal que por bien no venga o lo que yo digo desde mi visión de científico , es solo cuestión de entropía el equilibrio de nuestro mundo , pensar que mientras mas caos haya hay más desorden para tender al mínimo de energía
Los dragones nos evolucionan aunque no nos guste su acción , hay veces que el dolor cura más que las buenas palabras o a paz
Algunas cicatrices son necesarias para aprender a curarnos por nosotros mismos.
Los demonios siempre estuvieron allí, pero en esa ocasión, cuando escribí esa frase, estaban acechando, aguardando, preparando su próximo ataque.
Gracias por tu comentario, siempre bienvenido.
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