el Viento y el Dragón


El dragón se elevó imponente sobre las nubes. Se detuvo un instante y lanzó un gruñido que estremeció las montañas kilómetros a sus pies. Ese alarido atrajo a la Dama del Viento: “¿por qué gritas de esa manera?”, le preguntó, a lo cual el Dragón blanco respondió: “Porque soy el Dragón más poderoso, dueño de los cielos... Y nadie puede impedirme que haga lo que se me plazca”. Y así nuevamente lanzó por sus fauces un fuerte sonido desafiando a la bella Dama. Ella, entre la lástima y la compasión que le inspiraba aquella criatura, tomó una decisión, le dijo: “Lamento hacerte esto, pero he de darte una lección” y detuvo la brisa que sostenía al inmenso Dragón, que cayó velozmente a la tierra, batiendo sus alas furiosamente sin que éstas le sirvieran de nada... El viento le había dado la espalda.

el Viento y el Dragón

22.12.08

Capitulo V (Parte 3)

La noche cayó sobre el castillo y encontró a los dos guerreros caminando por el jardín. Luna y Nojami se habían quedado en la sala, esperando noticias de Cielo. Artemis había partido a Dione. Esteban e Ismael decidieron entonces tomar algo de aire y conversar sobre los próximos movimientos que harían si el enemigo avanzaba.

El continuo espacio-tiempo seguía su rumbo. La vida de todos aquellos seres implicaban sólo un capítulo en la historia de la eternidad. Mucho más no se puede decir acerca de los acontecimientos de esos días. Jakiru continuaba su desarrollo, junto a su madre. Ambas aprendiendo cada parte de la otra, grabando en sus mentes esos detalles que las unirían para siempre. Mientras, todos en el castillo aguardaban la llegada de la Dama. Pero los días pasaban y el regreso de Cielo creaba más intrigas. No había noticias reales sobre qué era lo que le había pasado a la Dama. A las dos semanas de retraso, Artemis comenzó a inquietarse:
-Luna, no puede ser. Cielo ya debería estar aquí. -El gran felino blanco caminaba de un lado al otro, nervioso.- Según me dijo Yhemani, Cielo se puso en marcha hace ya dos semanas. Bien sabemos que hay varios caminos de regreso, y nuestra amada Dama conoce todos ellos... Muchos de los cuales le permitirían llegar aquí en tan sólo un día.
-Pero Artemis, evidentemente Cielo ha tomado una decisión diferente.- Luna también estaba preocupada; sin embargo, todos sus años pasados al lado de la Dama le habían enseñado que sus decisiones eran misteriosas, y muchas veces incomprensibles por el resto... Pero Cielo siempre sabía lo que hacía. -Si Cielo ha tomado otro camino, debe tener sus motivos. No nos apresuremos en hacer conclusiones...
-¡Pero Luna! -Artemis se dio vuelta y enfrentó la mirada firme de Luna- ¿Qué conclusiones apresuradas? Cielo ya debe saber -se detuvo y bajando su tono de voz- que aquí hay algo que la espera...- El Felino blanco estaba realmente preocupado. El tiempo se hacía eterno.