el Viento y el Dragón


El dragón se elevó imponente sobre las nubes. Se detuvo un instante y lanzó un gruñido que estremeció las montañas kilómetros a sus pies. Ese alarido atrajo a la Dama del Viento: “¿por qué gritas de esa manera?”, le preguntó, a lo cual el Dragón blanco respondió: “Porque soy el Dragón más poderoso, dueño de los cielos... Y nadie puede impedirme que haga lo que se me plazca”. Y así nuevamente lanzó por sus fauces un fuerte sonido desafiando a la bella Dama. Ella, entre la lástima y la compasión que le inspiraba aquella criatura, tomó una decisión, le dijo: “Lamento hacerte esto, pero he de darte una lección” y detuvo la brisa que sostenía al inmenso Dragón, que cayó velozmente a la tierra, batiendo sus alas furiosamente sin que éstas le sirvieran de nada... El viento le había dado la espalda.

el Viento y el Dragón

31.1.17

El lado oscuro de la Luna

No sé si alguien leerá estas palabras o las escribo en vano. Pero de vez en cuando me surge una necesidad imparable de poder sacar afuera todo este ahogo de emociones encontradas. Porque los recuerdos me rehuyen, me dejan sola en esta vida de la que no me siento del todo propietaria, me abandonan a mi suerte y me hacen perder en la búsqueda de mi esencia más pura.
Cuesta innumerables noches, charlas, sucesos darme cuenta de que no me he convertido en una autómata, que solo hace las cosas por inercia pura. Trato constantemente de recordarme que todo lo que me sucede es un lección, hay una moraleja en esta historia que le dará sentido a tanta confusión.
Y es en días como hoy, en que siento que las horas pasaron sin más, por más actividades que haya realizado, en que necesito poder escribir, desahogar esta sensación de espera e incertidumbre en un lugar seguro, un puerto en medio del mar como puede ser este espacio de escritos, donde mi personalidad, la parte más genuina de ella se presenta, sale del lado oculto en sombras de la Luna que es mi día a día y se deja ver, pura y brillante, real y sincera. Aquí, en ese sitio remoto de Internet, mi nombre se torna claro y cristalino como el agua virgen... Es por eso que dejo ser a mis dedos para que compongan mis pensamientos, los vuelquen en el teclado y que sea lo que deba ser.