el Viento y el Dragón


El dragón se elevó imponente sobre las nubes. Se detuvo un instante y lanzó un gruñido que estremeció las montañas kilómetros a sus pies. Ese alarido atrajo a la Dama del Viento: “¿por qué gritas de esa manera?”, le preguntó, a lo cual el Dragón blanco respondió: “Porque soy el Dragón más poderoso, dueño de los cielos... Y nadie puede impedirme que haga lo que se me plazca”. Y así nuevamente lanzó por sus fauces un fuerte sonido desafiando a la bella Dama. Ella, entre la lástima y la compasión que le inspiraba aquella criatura, tomó una decisión, le dijo: “Lamento hacerte esto, pero he de darte una lección” y detuvo la brisa que sostenía al inmenso Dragón, que cayó velozmente a la tierra, batiendo sus alas furiosamente sin que éstas le sirvieran de nada... El viento le había dado la espalda.

el Viento y el Dragón

20.7.07

Capitulo I (Parte 1)

- ¿Acaso tu tienes en tus manos la clarividencia de Mercurio?¿O el poder curativo de Júpiter? No hables de cosas que no conoces... Hay mucho más allá de la línea de este horizonte. Jamás creas que sabes lo que piensan los otros, eso es subestimarlos. Lo entiendes, ¿no?
Su mirada se clavo en los ojos de ella, recorrió su mente, se involucró en su alma, llegó a su corazón y confirmó que estaba aterrada.
-Si, lo he entendido... Disculpa, no creí que... Bueno, las cosas resultaran así.- Bajó la cabeza deseando que la tierra la tragara y desapareciera de esa escena tan vergonzosa.


Su historia comenzó una noche inusualmente oscura, ni las estrellas podía distinguirse en el gran manto negro de la inmensidad del cielo. En un paisaje poco conocido, lejos de las advercidades de la maldad, una pequeña familia habitaba en la falda de una colina. Allí había logrado esconderse durantes años felices y apacibles. Había logrado olvidarse de la tortura y ser felices, al menos un poco. Ella era apenas una niña recién nacida, aprendiendo los aromas de sus padres cuando un joven llegó a buscarlos. Llegó desde muy lejos, cansado por el arduo viaje, y trayendo noticias urgentes: debían correr, escapar de allí cuando antes. Los padres esperaban ese momento, sabían que algún día habrían de encontrar su escondite. Su madre actúo como si toda su vida hubiera esperado ese momento, su padre tomó su espada, y juntos besaron a la pequeña bebe. El padre apartó al joven y lo llevó afuera mientras su mujer recogía lo necesario para el viaje
-Esteban, ¿qué es lo que llegaste a averiguar?¿No podrá acaso ayudarnos...?-
-Ya sabes que ella los ha ayudado siempre, y aun lo hace, sólo que es un poder demasiado intenso y está débil. Cuando lleguemos tu mismo podrás hablar con Cielo, ahora vamos, antes que hallen nuestra pista, si no lo han hecho ya...
-Está bien, pero... Tu lo sabes... Ella es lo más importante que tenemos, debes cuidarla si pasa algo, todos sabemos que tu la protegerás bien.
-No hables de infortunios ahora, Ismael... Con la luz de Luna de nuestro lado, tu y Nomi la verán crecer. Esperemos!- De pronto la luz de la chimenea se apagó, ambos hombres subieron a sus caballos, y junto con la Mujer y la niña se alejaron en la noche, con una sombra siguiéndoles los pasos.