el Viento y el Dragón


El dragón se elevó imponente sobre las nubes. Se detuvo un instante y lanzó un gruñido que estremeció las montañas kilómetros a sus pies. Ese alarido atrajo a la Dama del Viento: “¿por qué gritas de esa manera?”, le preguntó, a lo cual el Dragón blanco respondió: “Porque soy el Dragón más poderoso, dueño de los cielos... Y nadie puede impedirme que haga lo que se me plazca”. Y así nuevamente lanzó por sus fauces un fuerte sonido desafiando a la bella Dama. Ella, entre la lástima y la compasión que le inspiraba aquella criatura, tomó una decisión, le dijo: “Lamento hacerte esto, pero he de darte una lección” y detuvo la brisa que sostenía al inmenso Dragón, que cayó velozmente a la tierra, batiendo sus alas furiosamente sin que éstas le sirvieran de nada... El viento le había dado la espalda.

el Viento y el Dragón

14.7.10

Capitulo VI (Parte 2)

El ocaso encontró a Luna corriendo hacia el templo del Oráculo de la memoria. Sus patas se quejaban del esfuerzo, pero no había tiempo que perder. Pronto llegaría al lago que indica la puerta al templo de Mnemosine, tan sólo cinco o seis kilómetros más. A lo lejos podía divisar la punta de la torre principal. Esperaba que Cielo aún se encontrara allí, o que por lo menos le dieran noticias de su paradero definitivo para ir en su encuentro. Finalmente, junto al lago, Luna se detuvo. Ahora debía cruzar hasta la torre. Imploró por el barquero que la acercara a la orilla de la isla que ocupaba el centro del lago, donde una torre de cristal y hueso se elevaba varios metros de altura. Sin embargo, nadie acudió a su llamado; rugió con fuerza y su voz estruendosa hizo vibrar la superficie del agua. Al otro lado, la puerta del templo se abrió de par en par. Un espíritu salió despedido a su encuentro, con una espada empuñada dispuesta a atacarla. Rápidamente la pantera reaccionó ante la agresión y con un haz de luz naciente de su marca en la sien, lo dejó cegado. Antes que el espíritu pudiera volverla a atacar lo interpeló: -¡Soy Luna, guardiana de la sagrada Kahina! Vengo en búsqueda de la Señora de este Templo, el Oráculo Mnemósine. ¿Por qué me atacáis?- El espíritu escuchó estas palabras sin expresión y cuando la voz de la pantera se silenció en el aire, desapareció. Luna quedó asombrada y buscó a su alrededor a su agresor, pensando que quizás le habían tendido una trampa. Una balsa emergiendo de las profundidades del lago la hizo pegar un salto de sorpresa, al tiempo que una voz sonó en el viento: "Entrad, las Damas la esperan". El felino obedeció.

Pasaron dos días hasta que Ismael y Esteban estuvieron listos para partir. No le comentaron su plan a nadie más que a los guerreros, los cuales estarían atentos a las estrellas por cualquier indicio de peligro. Lo que más incomodaba al joven Capitán era la desaparición de Cielo. No hubo noticias de ella en ninguno de los rincones conocidos de mundos aliados. Tampoco habían llegado novedades de Luna, y ya temía lo peor a esta altura de las circunstancias. A pesar de todo, lo que priorizaba en estos momentos era dilucidar esos rumores que circulaban. Si algo estaba al acecho en las afueras del cinturón, tenían que descubrirlo cuanto antes. Estaba cayendo la noche cuando los guerreros abrieron el portal que los llevaría a su destino.

13.7.10

Ventisca de alientos ácidos

He de reconocer que los recuerdos se han vuelto dolorosas imágenes en la mente memoriosa. Resulta tan complejo poder describir las más terribles acciones que dieron paso a tanto sufrimiento, mi tiempo se vuelve algo sin sentido dentro de las innumerables palabras que se me traban en la punta de los dedos. Qué complicado se vuelve cuando la protagonista es la muerte.